Cristina Huete / El País

“Me distrae el ruido de bolígrafos y el escote de María”. El profesor de la Facultad de Económicas de la Universidad de Santiago de Compostela (USC) Luciano Méndez se introdujo el curso pasado en una espiral de comentarios sexistas que finalizaron con la amenaza de una bofetada a la alumna que lo denunció. Tras casi medio año de investigación, la USC ha sancionado ahora al docente con una suspensión de empleo y sueldo de dos meses. El anuncio se produce un día antes de que el Consejo de Gobierno de la USC debata un protocolo de prevención delacoso sexual y de identidad de género que regulará la actuación institucional ante estos actos.

La estudiante cuyo escote distraía a Méndez, María Fungueiro, presentó el pasado febrero una queja formal en el decanato respaldada por otros cinco alumnos y el profesor optó por defenderse con una detallada exposición de su punto de vista sobre el vestuario adecuado con el que las alumnas universitarias deben acudir a clases.

Al día siguiente de hacerse pública la denuncia, Méndez distribuyó un comunicado insistiendo en su postura. “Hay vestimentas que considero absolutamente inapropiadas para asistir a una clase de matemáticas”. “O cambiamos las reglas de juego, o se modifican los patrones sexuales en los que somos educados; si no, a mí va a seguir alterándome un escote excesivo”, insistió. El profesor se disculpaba sin embargo en ese comunicad con la alumna por haberla amenazado con una bofetada. Precisaba que había reaccionado así al comentario de la estudiante “no porque me llamase machista, sino porque me llamó en clase machista asqueroso”.

El día que se hizo pública la apertura del expediente disciplinario al profesor por la USC, un grupo de estudiantes del máster de Género e Igualdad acudieron a la clase de Méndez y que quitaron las camiseras mostrando sus pechos en los que habían escrito frases como “Asco y vergüenza en la USC” o “Antes frívola que machista”. Uno de los alumnos mostraba en su torso la pintada “¿Mi piel masculina no te gusta?”. Según el testimonio de los estudiantes el profesor reaccionó manifestando al joven que prefería “mirar las tetas” de sus compañeras y a estas les indicó que las pintadas sobre su piel impedían que lucieran sus “virtudes femeninas”. Méndez precisó más tarde que había realizado los comentarios en tono humorístico.

El docente no se arredró. Con el expediente disciplinario en marcha, continuó insistiendo en el tipo de vestuario que deben llevar las mujeres a sus clases. Para negar la actitud sexista de la que estaba siendo acusado, Méndez publicó un artículo en el que precisaba: “No soy sexista; me da igual que sea hombre o mujer el que se exhibe, la única diferencia es que a mí me distrae más la piel femenina que la masculina”. Junto a ello, explicaba la complejidad de la testosterona: “Es una hormona complicada; puede ser una aliada que estimule y motive pero puede ser también el peor de los enemigos que haga al varón vulnerable y débil”. Su texto continuaba alertando de que controlar la testosterona en beneficio propio “es labor de toda una vida”.

Fuente: El País / España, 28 de julio de 2016