Mayte Amorós / El Mundo

Robert Swartz lleva más de treinta años enseñando a pensar a los alumnos. Este filósofo está considerado uno de los gurús más influyentes en el ámbito de la educación. Su método, el Thinking Based Learning (TBL), enseña a los alumnos a pensar, algo que falla en los colegios españoles, advierte, porque siguen «haciendo de la memoria la base del aprendizaje». El doctor acaba de visitar Palma para dar clases a los profesores del colegio concertado Aixa de Palma que espera tener el certificado de Centro TBL dentro de dos años.

¿Los niños de hoy en día no piensan o no saben pensar?

Todo el mundo piensa, pero no todos lo hacen detenidamente, y por tanto, no pueden apoyarse en pensamientos con los que sientan seguros o confiados. Cuando esto ocurre, los colegios fracasan a la hora de preparar a sus alumnos para los difíciles retos a los que tendrán que enfrentarse cuando salgan al mundo exterior y traten de vivir bien sus vidas y ayudar a otros.

¿En qué fallan los centros?

La mayoría de los colegios siguen haciendo de la memoria la base del aprendizaje. Pensar de forma correcta y adecuada es lo único que los alumnos necesitan para aprender aquello que utilizarán en sus vidas. Tanto nosotros como ellos nos engañamos cuando vemos que los estudiantes sacan buenas notas en los exámenes tradicionales (standard test), aquellos que evalúan tan sólo la memoria. Generalmente, este tipo de evaluaciones no nos muestran si nuestros alumnos están o no preparados para afrontar la vida. Simplemente nos muestran lo bien que han sabido memorizar algún concepto o contenido.

¿Qué piensa de la formación del profesorado en España?

En la base de este sistema educativo tradicional está el modo en el que los mismos profesores han aprendido a enseñar: mediante el modo tradicional de aprender por repetición. Algunos universitarios españoles se han resistido ante los intentos de implantar el método TBL en los programas educativos para profesores. Este hecho afecta negativamente a todos los profesores pero, especialmente, a aquellos alumnos que siguen siendo educados con este método basado únicamente en la memorización.

¿Qué trucos da a los profesores para que puedan seguir su metodología?

Ser paciente con tus alumnos y retarlos para que usen las distintas destrezas de pensamiento con las que tú y ellos habéis estado trabajando en el aula. Todos los alumnos pueden llegar a ser verdaderos pensadores y tú mismo, como profesor, puedes encontrar, mediante el método TBL, el camino para que esto sea real en tu propia clase.

¿Cuáles son los retos de la educación en el siglo XXI?

Bueno, este es uno de ellos: cómo ayudar a los propios profesores a desarrollar destrezas en clases TBL para sus alumnos. Pero también, trabajar en los modos en los que los alumnos puedan mejorar sus destrezas comunicativas así como a ayudarlos a que trabajen de forma cooperativa con todos de sus compañeros.

¿Qué falla en el sistema educativo español?

Tanto los profesores como los formadores del profesorado continúan usando un modelo de aprendizaje aunque sabemos que muchos de nuestros alumnos fracasan utilizándolo.

¿Sabía que Baleares encabeza la lista en Europa de colegios con fracaso y abandono escolar? ¿Qué nos recomienda?

Todos vuestros colegios deberían aprender a enseñar con el método TBL y convertirse así en colegios TBL.

¿Qué tiene su método de especial?

El Aprendizaje basado en el Pensamiento es lo que su nombre indica: aprender a partir y desde el currículum. Se basa en cómo los estudiantes pueden utilizar importantes destrezas de pensamiento para conectar con dicho contenido, incluyendo un pensamiento crítico y creativo así como diversos modos de análisis. Esto es lo que da lugar a un pensamiento y conocimiento profundo, al contrario que la educación tradicional, en la cual, la memoria es el único modo de aprendizaje, y los alumnos acaban teniendo tan sólo conocimientos superficiales de aquello que están aprendiendo.

¿Cómo surgió la idea de emplear este método?

Experimenté con él en mi propia universidad, pero cuando vi por primera vez lo que los profesores habían empezado a hacer con sus propios alumnos de entre 3 y 18 años, y los buenísimos resultados que estaban alcanzando, me di cuenta del poder que tiene este modo de aprendizaje, especialmente, en los años previos a la universidad.

¿Cuántos colegios están trabajando con este método?

Desde principios de 1990, además de los colegios situados en EEUU, hemos trabajado con alrededor de 200 colegios utilizando TBL en España, Irlanda, Gran Bretaña, Nueva Zelanda, Malasia, Singapur, Australia, Arabia Saudí, Estados árabes, Chile, Colombia, Perú, Canadá y Bulgaria.

¿Qué mejoras han alcanzado los colegios que han puesto en práctica su método?

Eso varía. Depende. La mayoría de dichos colegios han alcanzados mejoras significativas en lo referente al modo de aprendizaje así como en destrezas de pensamiento.

¿Qué le dicen los profesores cuando ven que sus alumnos son capaces de discurrir tanto?

Muchos profesores me han dicho que nunca pensaban que sus estudiantes podían tener ideas tan profundas y geniales. También hay muchos padres que afirman que sus hijos o hijas han cambiado cosas en sus propias familias drásticamente: ahora, los padres, siempre les preguntan a sus propios hijos si quieren unirse para tomar decisiones importantes para toda la familia.Pero tal vez una de las anécdotas más llamativas me ocurrió en Chile, donde vivían estudiantes con problemas y dificultades de aprendizaje. Normalmente, se les apartaba de sus compañeros y recibían clases aparte. Eran tratados como personas incapaces para aprender. Yo trabaja con un profesor de alumnos autistas en una de estas clases, que había asistido a uno de los talleres que di de TBL y pensé que tal vez podía aplicar lo aprendido con sus alumnos. Sin poder utilizar el lenguaje, los alumnos aprendieron varias destrezas de pensamiento, mediante el uso de imágenes e ilustraciones para poder expresar sus pensamientos. Recuerdo que un día, mientras trabajan sobre la historia de su país, uno de los estudiantes elaboró un trabajo impresionante. Conservo una foto de ese niño con una gran sonrisa en su rostro mientras presentaba su trabajo. Había visitado esta misma clase alrededor de 20 veces y nunca antes le había visto sonreír.

Fuente: El Mundo / 23 de enero de 2017