Cynthia Capriata / EDUCACCIÓN

¡Le damos la bienvenida al nuevo año escolar abriendo un espacio especial para la creatividad!  Hagamos visible al artista que tenemos dentro, al artista que cada docente de educación artística  oculta o al artista educador profesional. No nos olvidemos de promover la Creatividad en los estudiantes. Utilicemos nuestra experiencia  con el arte en todos los procesos pedagógicos que enseñamos. El pensamiento creativo va de la mano con el pensamiento crítico. No desperdiciemos oportunidades de ahondar cada vez más esa relación.

Los estudiantes componen sus trabajos con lo que tienen al alcance: papeles, pitas, pedazos de revistas e hilos entre otros materiales reciclables.

Se han preguntado alguna vez,  ¿cómo enseña el docente creativo o el artista educador? ¿Tiene cualidades especiales? ¿Qué lo diferencia de los otros profesores? Sabemos que todo docente atento entiende lo que necesita cada estudiante y que tiene naturalmente la habilidad o para la mayoría de nosotros, desarrolla con la experiencia la habilidad de extraer de cada uno de sus estudiantes la mejor disposición para aprender. ¿Serán sus habilidades interpersonales o la manera de mantener sus mentes abiertas y más flexibles lo que los distingue? ¿Cómo activa los recursos, herramientas y técnicas pedagógicas que tiene a su disposición para utilizar la más adecuada en cada caso con sus estudiantes?

¿Qué distingue al docente creativo o al artista educador?

Según Myriam Nemes los docentes que mantienen activa una practica artística  son los mejores profesores. Punto. Nos explica:

…durante los años que me dediqué a la formación de futuros profesores de arte he podido observar que los mejores profesores son aquellos que no han dejado de hacer su propio trabajo artístico. Comprobé esta premisa en un curso que estaba enseñando en ese entonces. Les pedí a mis estudiantes que desarrollen un proyecto de arte y que luego utilicen ese material como motivación para impartir sus propias clases de arte. Clases, por supuesto, en la que aplicarían el constructivismo para activar las dos competencias de arte: el hacer y el apreciar.

Añade que para corroborar su planteamiento llevó a sus estudiantes a observar el trabajo de algunos maestros-artistas que amablemente los recibieron en sus talleres. Luego, ellos les permitieron también observar sus clases con estudiantes. 

Una inscripción explica que en la Escuela Declara creen “que se aprende jugando … si es un juego feliz. Intentamos pintar los colegios y convertirlos en lugares hermosos. No siempre lo logramos, el sistema estatal es muy estatal”

 Salvador Velarde

Les presento a Salvador Velarde (Lima, 1951), artista y arte educador que mantiene una practica artística y educativa activa. Desde 1990 vive en Pachacamac alejado del mundo urbano de la ciudad. Aunque en este momento está teniendo dos exposiciones en Lima. Una de su trabajo  artístico, Otra Contemporaneidad, en la Galería John Harriman del Centro Cultural Británico y la otra exposición llamada La Necesidad del Arte, de su trabajo como arte educador que también tiene ejemplos del trabajo de sus estudiantes en la Galería en la sala Raúl Porras Barrenechea del Centro Cultural Ricardo Palma de la Municipalidad de Miraflores. Carlo Trivelli hizo la curadoría de ambas exposiciones.

Hermoso paisaje de la invitación a la exposición Otra Contemporaneidad de Salvador Velarde. El curador, Carlo Trivelli, dice que en los paisajes es donde se hace más evidente las características más resaltantes del trabajo de Salvador. Uno puede ver su sensibilidad a obras de pintura europea de los siglos XVII y XVIII y por otro lado su conexión al paisaje peruano, la confluencia entre su observación y el uso de su imaginación.

Como es de imaginar, la tranquilidad de su autoexilio transformó su trabajo. Aprendió a compenetrarse con su entorno e introdujo una nueva practica educativa a su experiencia de artista.  Con el tiempo, la experiencia de enseñar a dibujar y a pintar a niños de la zona lo llevó a fundar la Escuela Declara- Sociedad Educativa Solidaria con su esposa Carolina Viale. Ellos desarrollan intercambios significativos con estudiantes en su casa y en las escuelas rurales del área de Pachacamac.

En el brochure de la exposición La Necesidad del Arte explican: “En nuestra casa la gente va y viene y siempre va cambiando de acuerdo a las circunstancias y a nuestras necesidades. Hacemos talleres, encuentros, conciertos y exposiciones, con el ánimo de unir, de relacionar, de conocer, de tejer un universo nuestro y armónico. En el día a día, casi imperceptiblemente, se van estableciendo relaciones entre personas diferentes alrededor de nuestro objetivo común, la educación”. También se sumó a las clases una ex docente de 80 años llamada Clara. Al darse cuenta de las dificultades que estaban teniendo los niños y jóvenes que asistían a la casa de Salvador en otras áreas académicas en sus escuelas, empezó a darles clase. Habilitaron un espacio en la casa para ello y pasaron a ser los estudiantes de Clara, y eso derivó en el nombre Declara de la escuela.

Le pedí a Salvador que reflexionara sobre lo que su práctica artística contribuye, desde su punto de vista, a su manera de enseñar. Esta es la respuesta que me dio:

El artista es maestro (enseñante, profesor, modelo) por naturaleza. ¿Qué hace un artista? Sueña, inventa mundos posibles, construye con su mente y con su cuerpo, y produce un resultado o una cosa, o un pensamiento. El artista que exhibe el proceso y las acciones para llegar a un resultado se convierte instantáneamente en maestro. Su quehacer produce curiosidad y la gente se sienta a su alrededor a mirar. El artista, si es atrevido y curioso, propone a ese público que lo mira y acompaña, que también cree, que ejecute algo. Cuando esto sucede, las mentes se entremezclan, se influencian y se producen acciones compartidas. Es ahí que se da el aprendizaje, pero un aprendizaje de todos hacia todos. El artista hizo una propuesta y los observadores se convirtieron en creadores igual que el artista. Todos se van a mirar como en un espejo. Han iniciado entre todos el proceso de descubrimiento. Todos se vuelven maestros, unos de otros y en todo sentido.

¿Cuál es el aporte del artista que modela su práctica y trabaja con los estudiantes?

Antes de empezar, es importante remarcar que la experiencia directa que el docente tiene con  procesos creativos o la experiencia que pueda compartir de otros artistas son fundamentales para el desarrollo de aprendizajes significativos. La vitalidad de la creatividad es lo que respalda la premisa de Myriam Nemes.

Estudiantes dibujando al aire libre retratados por el profesor.

Salvador explica, “dibujo con los chicos, me miran dibujar y eso los motiva para atreverse a tomar un lápiz y dejarlo correr por el papel en blanco. Me interesa ver cómo se concentran cuando dibujan y las diversas posiciones que adoptan en su hacer. También son fascinantes sus miradas tan concentradas cuando quieren atrapar el mundo con un lápiz”.

Una de las cosas más difíciles de comprobar como observador externo al proceso de un artista, es la consistencia que existe entre su mundo imaginario, la manera cómo aplica su creatividad y la relación con su entorno y el mundo real. ¡En el caso de Salvador estamos frente a una total coherencia!

Salvador, el artista, modela actos creativos con sus estudiantes como parte de su proceso de creación. Dibuja con los estudiantes.  Lo hace en vivo mientras sus alumnos lo observan trabajar. ¿Qué les permite esto a sus estudiantes? Los convierte automáticamente en participantes activos de su proceso de selección y discernimiento con el que desarrolla su trabajo. Los estudiantes  siguen de cerca la evolución de sus procesos de creación, como se desenvuelve su pensamiento creativo y crítico. Apunta a la relación maestro/aprendiz y a lo que Salvador ha denominado “las mentes se entremezclan”. Se da un momento especial de intercambio creativo. No sé si al mismo tiempo les explica sus decisiones. Me olvidé de preguntar.  O si solo observan y cada uno internaliza lo que ve en la medida de sus posibilidades. Igual es un acto creativo.

Los estudiantes observan la atención cuidadosa con que el artista le pone resolución a los problemas que se van presentando. No importa si uno se concentra en el problema o en la solución. Ese diálogo no hablado, les facilita a los estudiantes la posibilidad de reformular el problema o la solución desde su perspectiva u otra posición crítica hecha consciente frente al proceso creativo del artista. Modelar el pensamiento creativo como una acumulación de esfuerzos creativos y no como el producto de algo dado, hace visible la resistencia que desarrolla el artista a las idas y venidas características del proceso creativo. Se llama persistencia. La persistencia es uno de los hábitos de mente que uno quiere desarrollar en los estudiantes. También se observa la motivación intrínseca que esto genera como parte del proceso de descubrimiento. Estas indagaciones creativas con los materiales, técnicas o herramientas modelan para los estudiantes nuevas posibilidades creativas.  Pensando más en la escuela, modelan estrategias, habilidades, actitudes y hábitos de mente que respaldan hábitos de trabajo. Son experiencias que ayudan a los estudiantes a internalizar estructuras y propósitos, y diferentes maneras de procesar y retroalimentar procesos de invención.

Ejemplos de sus estudiantes mayores

Cuadro extraordinario de unos de los estudiantes desde hace muchos años, José García Chumpitaz. Salvador dice de su alumno: “Mirar todos los días una pintura de José es estar en permanente contacto con la parte más espiritual, rica, invisible y misteriosa de la realidad a la que pertenecemos”.

José García Chumpitaz empezó como alumno de la Escuela Declara y ahora también enseña con ellos en las escuelas estatales donde trabajan. Actualmente se dedica a la pintura. La inscripción junto al cuadro dice que “para acercarse a esta pintura hay que prepararse, limpiarse de ideas preconcebidas o de juicios aprendidos. Hay que sacarse los zapatos, nuestros zapatos mentales, caminar sin ruido, porque cualquier pequeña intromisión hace que las imágenes pintadas desaparezcan y nuestros prejuicios nos alejan de las nuevas y riquísimas visiones de José”.

Al igual que José, Luis David de la Cruz también ha empezado su propio camino con su obra. Nació en Tingo María y se refugió en Pachacamac como Salvador quien lo conoció de niño. Luis David continúa aplicando las tres enseñanzas que ha aprendido a lo largo de su vida: la pintura que la aprendió de su maestro Salvador; la música de su maestro Julio “Chocolate” Algendones y de su abuelo y padre el cultivo de plantas.

Ambos trabajos dejan ver la persistencia de sus autores. Se hace visible que se quedaron en la tarea para resolver las dificultades que estas obras ambiciosas y complejas presentaban. Como creadores apostaron por sus propuestas al considerar las posibilidades que sus observaciones facilitaban y crearon conexiones guiados por su intuición. Es lo que ellos comunican también ahora como artistas educadores a sus estudiantes.

Luis David de la Cruz modela al igual que su maestro su expertise con el dibujo o la pintura con sus estudiantes.

Trabajo en la escuela: cuadernos pedagógicos

Dibujo de Atahualpa

Terminamos el artículo con un proyecto interdisciplinario. La inscripción al lado de la instalación de los libros pedagógicos lo explica claramente:

Fue un proyecto de autoría colectiva movido por una inquietud: hacer visibles las sensibilidades y opiniones que un grupo de escolares de la I.E. Virgen de Fátima de Cardal tenía sobre la historia y su entorno. Con ellos creamos un espacio donde leer e intervenir las narrativas de la historia oficial, el paisaje que los rodeaba y dar rienda suelta a sus imaginarios. Los textos, dibujos y conversaciones, producto de nuestras reuniones semanales han sido organizados en 4 cuadernos. Todos han sido concebidos como un medio para enriquecer los procesos de aprendizaje con una mirada dialógica que afecte el paradigma de la transmisión vertical de conocimientos. La voz de cada uno de los participantes de esta experiencia es la de ciudadanía ejerciendo su derecho a curiosear, crear, reflexionar y compartir

¿Cómo se ve la indagación? Hilos y Tramas es la primera página de uno de los libros de historia y un perfecto ejemplo que muestra que cuando los estudiantes preguntan y cuestionan, exploran e investigan, desafían suposiciones. En este dibujo los estudiantes plasman sus preocupaciones e ideas sobre la historia en preguntas como La historia no es blanca o negra, ¿Cómo habría contado Atahualpa su historia? ¿Qué pasa si miramos las cosas a nuestra manera? La historia oficial no es la única versión posible. ¿Qué es conquistar

Gracias Salvador por compartir con nosotros tus experiencias. ¡A seguir adelante con la Escuela Declara!

Referencia

Tarjetas de invitación de ambas exposiciones y las inscripciones  de algunas obras presentadas en las galerías.

Lima, 1 de marzo de 2018

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