Carlos Yampufé Requejo / Para EDUCACCIÓN

Hace unos meses escribí un artículo sobre “La Escuela que NO Queremos” en la que un directivo escolar narra la cruda historia de una escuela en la que tradicionalmente se brindaba el servicio educativo pero que anualmente se retiraban cada vez más estudiantes y los aprendizajes eran cada vez menos significativos, resultados que se evidenciaban en los pobres y casi nulos porcentajes de estudiantes que se encontraban en el nivel satisfactorio en Comunicación y Matemática de la Evaluación Censal de estudiantes a nivel nacional.

Ante tal situación sale a relucir el enfoque de Resiliencia organizacional que se define como aquella “organización –en nuestro caso la escuela– que es capaz de enfrentar las dificultades y problemas que afronta y sale adelante, aprendiendo de ellos para mejorar”, así encontramos casos como los presentados en “La Escuela que NO Queremos” que pasan por revertir situaciones que se presentan en tres agentes educativos:

Casos que se presentan en los docentes:

  • Resignación ante los problemas que se presentan en el aula
  • Falta de uso de estrategias innovadoras para mejorar los aprendizajes
  • Perfil psicológico y pedagógico inadecuado
  • Conformación de grupos distantes

Casos que se presentan en padres de familia:

  • Abandono de sus hijos en la escuela
  • Hogares disfuncionales
  • Violencia familiar
  • Dificultades económicas

Así mismo me animo a comentar una situación presentada en una Institución Educativa, que la verdad no sé si será una buena práctica pero que está dando resultados desde el enfoque que le dimos. En esta Institución Educativa se conocen de ciertos comportamientos violentos y/o agresivos de parte de estudiantes (en este caso de secundaria), cierto día llega la auxiliar con dos estudiantes mujeres de tercer grado y con un compás cuya punta de metal estaba con sangre, el caso es que una de ellas estaba intentando cortarse las venas de la muñeca con la punta del compás, la primera idea era inmediatamente llamar a los padres o llevarla a la estudiantes a su casa y conversar con sus padres, pero en ese mismo instante (luego de atender las heridas) inicié un diálogo con la estudiante y le conté experiencias supuestamente negativas de mi vida pero que en realidad se convirtieron en experiencias que me permitieron superar las dificultades y considerarlas como retos personales para superarlos llegando incluso a obtener algunos reconocimientos. El hecho es que el diálogo dio sus frutos y la estudiante salió fortalecida con el compromiso que cuando tenga dificultades nos lo haga conocer y lo asuma como un reto personal, al día siguiente le entregué un ejemplar de la obra “Sangre de Campeón”, ahora la estudiante llega constantemente a la oficina de dirección a comentar sobre la obra y manifiesta que se siente identificada con muchas de las situaciones presentadas. Así que decidimos con una de las docentes del área de comunicación brindar orientaciones sobre obras de carácter significativo para los estudiantes de acuerdo a sus edades pero siempre considerando las características de cada estudiante y las dificultades que presenta. Esta práctica nos ha permitido de repente “salvar la vida” de algunos escolares, tomando en cuenta la potencia del enfoque de Resiliencia.

Otros casos que se presentan con estudiantes:

Violencia y acoso escolar “Bullying” como el de Ricardo[1] es un estudiante con altos niveles de agresividad, en el grado anterior fue acusado de intento de homicidio al agredir violentamente con un palo de madera a otro estudiante de la misma aula en la que estudiaba, los padres del niño agredido al ver que ni las autoridades judiciales resolvieron el problema y optaron por trasladar al niño agredido a otra escuela. El caso es que Ricardo continúa en la escuela y hay muchas quejas de agresión de parte de sus compañeros y el docente “no sabe ya qué hacer”. Casos como este en igual o menor magnitud se dan en educación primaria y secundaria. Intentos de suicidio a la estudiante Alejandra, la auxiliar lleva a la estudiante a la oficina de tutoría porque la había encontrado hiriéndose, al revisar las dos muñecas de Alejandra ella tenía cicatrices de intentos anteriores sobre lo mismo. Casos como el de Alejandra también existen en la Institución Educativa. Resignación Mariano un estudiante que tiene un comportamiento agresivo y se enfrenta retando a docentes cuando le increpan por su disciplina, él manifiesta que nadie lo comprende y que están en su contra, sin embargo su comportamiento en algunas oportunidades linda con conductas delincuenciales. Casos como el presente también tenemos en los diferentes grados. Bajo rendimiento escolar los resultados ECE son lamentables en las dos pruebas aplicadas por el MINEDU, tanto en Segundo grado de primaria, como en segundo grado de secundaria.

Casos como el mostrado encontramos muchos en las escuelas y de diversa índole, varios de ellos se deben a causas diferentes entre los que se encuentran violencia familiar, hogares disfuncionales, etc. que traen como consecuencia agresividad entre estudiantes, resignación y sentimiento de culpabilidad. Al preguntarle a los estudiantes sobre sus estados de ánimo, contestaron aproximadamente poco más de la mitad se sentían tristes, poco menos se sienten solos y dramáticamente la cuarta parte sienten que su vida es un fracaso.

En los párrafos anteriores encontramos serias dificultades en la gestión de la escuela y riesgos socioemocionales en los estudiantes, lo que conlleva a serias dificultades en su formación integral, en tal sentido sugiero a los directivos escolares que es oportuno promover un plan de acción bajo el enfoque de Resiliencia organizacional, como la escuela que no se resigna solo a aceptar sus problemas, sino que los enfrenta y sale adelante ante las dificultades.

¿Qué es la Resiliencia? Desde la perspectiva psicológica se considera como “es la capacidad de afrontar la adversidad saliendo fortalecido y alcanzando un estado de excelencia”. Desde la Neurociencia se considera que las personas más resilientes tienen mayor equilibrio emocional frente a las situaciones de estrés, soportando mejor la presión. Esto les permite una sensación de control frente a los acontecimientos y mayor capacidad para afrontar retos. La resiliencia es considerada como el convencimiento que tiene un individuo o equipo en superar los obstáculos de manera exitosa sin pensar en la derrota a pesar de que los resultados estén en contra, al final surge un comportamiento ejemplar a destacar en situaciones de incertidumbre con resultados altamente positivos; esa capacidad de resistencia se prueba en situaciones de fuerte y prolongado estrés, como por ejemplo el debido a la pérdida inesperada de un ser querido, al maltrato o abuso psíquico o físico, a prolongadas enfermedades temporales, al abandono afectivo, al fracaso, a las catástrofes naturales y a las pobrezas extremas. Se habla de niños con una enorme capacidad de resiliencia al maltrato, en contraposición con aquellos que posteriormente presentan enormes problemas de adaptación a diversas actividades de su vida (escuela, establecimiento de relaciones sociales consistentes, entorno familiar, etc.), pudiendo manifestar retraimiento excesivo o una gran agresividad, que en cualquier caso les lleva a ser muy vulnerables ante los demás y a proyectar sus sentimientos de rabia contra objetos o personas.

Podría decirse que la resiliencia es la entereza más allá de la resistencia. Es la capacidad de sobreponerse a un estímulo adverso. El ser resiliente no es ser extraordinario: esta capacidad está en toda persona. La tarea es desarrollar esta capacidad con actitud y firmeza.

Desde el enfoque de Resiliencia Organizacional, la adaptación del término resiliencia al enfoque gerencial–administrativo de la organización, unión de términos que crean un concepto relativamente nuevo. Este hace referencia a la habilidad que tienen las empresas para sobreponerse a circunstancias desfavorables, las cuales han generado cambios en su desarrollo habitual. En este sentido, la definen “La Resiliencia Organizacional es la capacidad de una organización de absorber choques e impactos profundos sin perder la capacidad de cumplir su misión, de reinventar dinámicamente los modelos de organizacionales y estrategias a medida que las circunstancias cambian”.

Bajo esta definición, las escuelas pueden implementar un plan de acción que desarrollen habilidades socioemocionales en los estudiantes para revertir los riesgos sociales a los que están expuestos. En este sentido la propuesta implementa las siguientes acciones:

  • Establecer una línea de base sobre casos de violencia escolar, factores asociados y factores protectores que intervienen, pudiendo elaborar fichas y realizar encuestas a estudiantes.
  • Conformación del Equipo de “Líderes Resilientes” con docentes sensibilizados y fortalecidos en inteligencia emocional que toman iniciativas e implementan estrategias para desarrollar en los estudiantes sus habilidades socioemocionales.
  • Creación del “Centro de Atención y Soporte Socioemocional” conformado por profesionales especializados que orientan y desarrollan estrategias de apoyo socioemocional a estudiantes, familias y docentes.
  • Funcionamiento de las “Brigadas Antibullying” de estudiantes con fortaleza socioemocional que previenen y actúan pacíficamente y empáticamente en casos de acoso escolar.
  • Implementación de la “Escuela de Familias” se efectúan jornadas de reflexión y apoyo socioemocional a las familias de los estudiantes.

En tal sentido propongo al Ministerio de Educación, Gerencia Regional de Educación, UGEL e Instituciones Educativas que se debe promover el modelo de “Escuelas Resilientes” en aquellas que tienen dificultades como las presentadas para que fortalecidas puedan revertir tales dificultades.

Lima, 01 de agosto de 2016

[1] Los nombres presentados en el presente artículo son ficticios.

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